Un fallo en la App Store te permite comprar aplicaciones gratis
Últimamente se me ha dado mucho por la lectura y cuando hablamos de marketing una de esas personas que siempre puede aportarnos algo interesante es Risto Mejide. Puede que su estilo no sea el mejor de todos los tiempos pero en un pequeño lugar de Urbrands (su último libro) nos hablan de confianza como algo necesario en una marca, esa sensación de que, aunque algo salga mal, todo tiene solución.
Una de las políticas que se debe adoptar en toda empresa es la de devoluciones y, de esta forma, la gente puede arriesgarse a consumir un determinado tipo de producto sabiendo que podrá devolverlo en el caso de que no le guste.
Esto es lógico en el caso de objetos físicos pero… ¿qué pasa con las aplicaciones e incluso las películas, libros o juegos? Este tema es complicado de solucionar hasta en mi mente y la idea de poder ver una película y luego solicitar un reembolso es algo poco ético.
Está claro que cuando vas a un cine estás pagando más que un largometraje pero que en la App Store te permitan devolver películas, libros, juegos y aplicaciones hasta 14 días después de su compra es algo que le han impuesto, no algo que les haya gustado a los de Cupertino.
Ahora bien, en el tema de las aplicaciones tiene bastante sentido pero lo mejor del tema es que, una vez solicitamos el reembolso, nos quedamos con la aplicación instalada en nuestro terminal totalmente gratis. Es cierto que si la borras no podrás volver a instalarla pero si sigue ahí incluso se actualizará durante el tiempo que tarde Apple en solucionar el problema.
La Google Play también cumple unas políticas de devolución que van hasta las 2 horas después de la compra pero pronto podría verse obligada a pasar a las dos semanas de uso, un período de prueba que puede parecer una barbarie y algo que lleva a los desarrolladores a perder mucho dinero por la falta de ética y moralidad de algunas personas. Yo personalmente recomiendo pagar por lo que os gusta y devolver lo que no os ha servido de nada pero no intentar estafar al programador de turno si su producto es bueno para vosotros.